REAL MADRID SE DEVORA AL BARÇA
MADRID.- Cristiano Ronaldo no puede jugar por suspensión. Zinedine Zidane prescinde de tres titulares. ¿Algo que atribuirle al Real Madrid?
No hay nada. Para eso cuentan con Marco Asensio y otros jugadores de su segundo frente para desarbolar al Barcelona y conquistar su cuarto título en cuatro meses.
Karim Benzema fue el autor del segundo tanto, a los 39, de una espléndida noche veraniega para los merengues en su estadio Santiago Bernabéu, firmando un 5-1 global.
Un irreconocible Barcelona —por un concierto de errores en todas sus líneas y una identidad de juego a contra vía de su ideario— pone en aprietos al precoz ciclo de su nuevo técnico Ernesto Valverde al cargar la losa de un par de derrotas en sus primeros dos partidos oficiales, ambas ante su acérrimo rival.
¿Noticias de Lionel Messi? El astro argentino del Barcelona estuvo desconectado arriba, casi sin recibir auxilio de sus compañero. El uruguayo Luis Suárez, el otro hombre de ataque, lució indolente.
Obligado a anotar tres goles, Valverde plantó un esquema de cinco volantes —ausente Andrés Iniesta por lesión— y una línea de tres defensores, con los dos delanteros sudamericanos arriba.
La estrategia no funcionó. De entrada, el Madrid se apoderó de la iniciativa, gobernando con solvencia en el medio, ante un equipo torpe en la salida.
El gol de Asensio, el extremo de 21 años que una vez estuvo en el radar de fichajes del Barcelona, enloqueció al estadio y anestesió a los visitantes.
Fue un tanto que retrató su calidad y atrevimiento como jugador: Luego de un mal despeje del defensor Samuel Umtititi, Asencio no lo pensó dos veces al prender un zurdazo desde 25 metros al ángulo superior con el arquero Marc-André ter Stegen estático al ver la pelota anidarse en el fondo.
Ante un adversario desdibujado, los anfitriones se divertían al sentir su incontestable superioridad y los olés desde la tribuna se hicieron sentir. Desde una de las butacas estaba Cristiano, como espectador vestido de civil, al iniciar la suspensión de cinco partidos que recibió por empujar al árbitro en la ida.
Keylor Navas, el arquero costarricense del Madrid, fue exigido poco en el primer tiempo, respondiendo para interceptar a tiempo un balón a Messi.
El Madrid siguió en lo suyo, creando riesgo con su vértigo por las bandas. Lucas Vázquez, otro de los suplentes a los que Zidane recurrió para el choque, se perdió el segundo al estrellar un zurdazo al palo.
Otro fallo defensivo, cuando Sergio Busquets perdió un balón, derivó en el segundo gol. Marcelo se apoderó del esférico y lo centró para que Benzema en el corazón del área.
Mientras los jugadores del Madrid festejaban, Messi encaraba al árbitro José María Sánchez, una imagen que delató la frustración del argentino y el resto del Barcelona ante el desbarajuste.
El Barsa pareció tirar la toalla en la segunda mitad, en la que su central Gerard Piqué fue reemplazado a poco de su inicio. Suárez rozó el descuento con un cabezazo despedido por el palo.
Y para colmo de males, Suárez terminó el partido con una dolencia en la rodilla derecha.
Con fe ciega en su segundo destacamento, Zidane también dejó en el banquillo a Gareth Bale, Isco Alarcón y Casemiro. Su equipo respondió como si nada, y el entrenador francés ahora presume de una cosecha de siete títulos en 20 meses, incluyendo dos Ligas de Campeones de Europa. A continuación pondrá la vista al Mundial de clubes a fines de año.
Recién es agosto, pero la brecha que separa a los dos equipos es profunda.
Mientras el Madrid se deleita con su infinidad de recursos, al Barcelona le faltan piezas para sacudirse de un aciago momento, aún aturdido por la partida de Neymar. Los 222 millones de euros (262 millones de dólares) que entraron a las arcas del conjunto catalán tendrán que invertirse pronto en jugadores como el volante brasileño Philippe Coutinho y el atacante alemán Ousmane Dembele.
Esta nota tiene 36 visitas