¿PORQUE NO HA SIDO DESPEDIDO OSORIO DE LA SELECCIÓN?
No esperemos el despido próximo de Juan Carlos Osorio gracias a que aún cuenta con mucho crédito dentro del círculo de la gente de pantalón largo del futbol mexicano. Y cómo no habría de tenerlo si su porcentaje de efectividad es muy elevado, tal y como les gusta a los susodichos, quienes preponderan el negocio antes que cualquier otro aspecto.
Me explico, Osorio, como el mismo la ha dicho, construye tácticas y estrategias de acuerdo al rival en turno bajo la premisa de no correr riesgos, idea muy limitada e “imposible de sostener filosóficamente, debido a que la vida en sí, es un riesgo, de lo contrario, uno no se embarcaría en ninguna aventura por temor a perder”, como bien diría Menotti, un técnico que, por cierto, durante su estadía en el banquillo verde consiguió lo que Juan Carlos no ha podido y al parecer no podrá: dejar una semilla en el balompié azteca para que futuros jugadores crezcan con la idea de que el fin no es lo único, porque de todas maneras, en el torneo que tú me digas, sólo gana uno, entonces, hay que pensar en los medios para dar ese paso de calidad no importando que los resultados no se logren de la noche a la mañana. Se debe abortar la lógica de la inmediatez, un verdadero cáncer del balón.
Pero eso es algo que la Femexfut está lejos de entender. Sólo así se explica la implementación de normas que van en detrimento del desarrollo de los futbolistas mexicanos, como la regla 9/9 (antes 10/8) que favorece a los jugadores foráneos y a sus promotores buitres, sin mencionar que se ha impuesto un régimen cuasi esclavista a los patea balones nacionales, caso concreto: el Pacto de Caballeros.
Sin embargo, e irónicamente, el colombiano se jugará el puesto ante la Selección más débil que en toda su era le ha tocado enfrentar: Curazao. Y es que el Tri en Copa Oro cerrará la fase regular contra los modestos, futbolísticamente hablado, curazoleños. Si la pizarra no favorece en los cotejos previos frente a El Salvador y Jamaica, el tercer juego será el que defina su futuro, si pierde, tendría que presentar su renuncia. Aunque, por puro ocio considero que, no importando si se es campeón del certamen ‘molero’ o no, es preciso cambiar de aires ahora en pos de lo deportivo, sí, sé que es algo inalcanzable con el actual sistema y los dirigentes que lo sostienen, pero como dicen, soñar no cuesta nada y ahora que los recursos escasean, es preciso poner en marcha la imaginación.
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