CONMEMORAN EL DÍA DEL MAESTRO EN TECATE

Tecate, B.C.- Con la entrega de reconocimientos a mentores que han cumplido 25 años de servicio, así como homenajes luctuosos a profesores que han dejado huella indeleble a su paso por las escuelas de Tecate, se conmemoró este viernes 15 de mayo, el Día del Maestro.\r\n Las instalaciones de la Casa del Maestro Jubilado fue el escenario de este digno evento, al que asistieron autoridades como el Regidor Alfonzo Garibay Navarro en representación del Alcalde, el Secretario de Gobierno Francisco Palacio, la Delegada de la Secretaria de Gobierno Rosa María Castillo, el delegado de Educación Mario Benitez, el Juez Penal Omar Luna Herrera, así como los representantes de los maestros Luis Fernando Leyva y Gustavo Adolfo Casio, al igual que la Diputada Margarita Corro Arámbula y la regidora Barbara Rivera Barrones.\r\n Primeramente se hizo entrega de los reconocimientos a los maestros: Aurora Corriedo Sandoval, Angélica Álvarez Zavala, Luz María Villa Reyes, Patricia González Chacón, Irma Pérez, Micaelña García, María Elena Carlos, Daysi Elena García, Betsy Araceli Rodríguez, Ana Isabel Venegas, Ana Cecilia Carlo, Norma Alicia Gómez, Alejandro Rentería, Mauricia Vargas, Arnoldo de Jesús becerra, Silvia Noriega, Norma Leticia Tinajero, Floridalma Alfonso Guzman, Adriana González, David Silva, Enrique Carreón, Alberto Álvarez, Fidel Márquez, Gloria Imelda Mata, Alma Leticia Tapia, José Ulises Medina, María del Rosario Lázaro, Marí Eleuteria Acosta, Irma Cecilia Gutierrez, Blanca Lidia Moreno, Georgina Quintana y Nicasio Raúl Sánchez.\r\n Igualmente y ante la imposibilidad de hacer la guardia de honor en el obelisco del panteón por las condiciones climatológicas, se hizo entrega de un arreglo floral y se leyeron los currículos de los maestros fallecidos en el último año, que han sido 9 docentes que dejaron de existir en estos meses y a los cuales se les rindió merecido homenajes.\r\n Entre los recién fallecidos se encuentra el maestro Raúl Ortega quien murió en enero pasado y de quien su hija Samantha Ortega leyó un sentido discurso (al final se publica integro). Igualmente se recordó a la maestra Gloria María Ballesteros Ibarra, quien falleció el jueves 14 de mayo en esta ciudad.\r\n Tocó al Regidor Alfonzo Garibay Navarro dar la clausura del evento y agradecer a los presentes e invitados especiales, por el reconocimiento a los profesores.\r\n\r\nDISCURSO DE SAMANTHA ORTEGA, RECORDANDO A SU PADRE PROFESOR RAÚL ORTEGA:\r\n\r\nA la memoria del padre, esposo y profe Raúl Ortega (1946-2015).\r\n\r\nSu cuna humilde la llenó de berrinches un ocho de noviembre de 1946, en el corazón de un jacal de adobe tan pequeño como solo mi abuela cabía recostada en el petate, así lo contaba él. Alardeaba orgulloso que él era del rancho de Santa Teresa y no del pueblo de Cocula Jalisco; que junto con pegado no es lo mismo que revuelto. Curioso que en su vida el rancho le vio nacer pero el pueblo le vio morir y en medio de estos dos Big Bang ocurrió su vida. \r\nContaba que de chiquillo era tan inocente que su abuela le decía “ve y tráeme ese palo que te voy a pegar” – y mira que iba y se lo traía –decía boquiabierto mientras movía la cabeza para arriba y para abajo, sorprendido de él mismo. En la infancia le sucedió de todo, desde traer a bendecir la leña frente al padre de la parroquia porque se escuchó decir que “Ya era el apocalipsis” y el alboroto en el pueblo no fue para menos, el abandono de su papá, la muerte de un hermano, cazar liebres en El Monte del Chibatillo, ver los huesos de un gigante a la orilla del río, el miedo por los espíritus de las leyendas, los viajes a la ciudad de Guadalajara, las entradas al cine, el primer amor no correspondido, el que le hizo decidir su oficio de corazón: mecánico, pues la chica le despreció por uno y en su desencanto, mi padre, que tenía una terrible obsesión por hacer las cosas bien, o al menos por hacerlas como un Ortega, estudió la carrera de Técnico Mecánico mientras en las mañanas trabajaba como intendente de una escuela. \r\nLo aburrido de su trabajo, decía, era que a las ocho de la mañana según él ya no tenía nada que hacer, porque llegaba una hora antes de su entrada, limpiaba oficinas, baños y salones “–Ya cuando llegaban los alumnos ya estaba regando los jardines” Y fue así, con su tiempo libre, el cómo se adentró en los salones para ayudar en los talleres, cuando egresó de sus estudios no tuvo mayor problema para subir, de barrendero a instructor de mecánica en el Cecati No. 7 de la Ciudad de Guadalajara. Créanlo o no, pero decía él mismo sin perder la humildad: “una película de Hollywood me viene bien guanga”. \r\nEn el 78, con plaza federal, casado y con una hija emigró a Mexicali Baja California para cubrir un puesto como instructor, nació su segunda hija y La Ciudad Que Conquistó El Sol no le vio abandonarle hasta que partió al puerto de Ensenada en el 86, pero ahora para cubrir un puesto como director; nació su tercera y última hija. Al terminar su ciclo como director pidió su cambio porque abrían un primer Cecati, el 191, en aquella ciudad que miraba solo de paso: Tecate. Al pie de la montaña predicó hasta el cansancio aquel chiste odiado por unos, empático para otros: “yo no soy profe, yo si trabajo”, cumplió su jubilación, se hizo abuelo con 2 nietas y 3 nietos. \r\nQuiénes lo conocieron de cerca saben sus más profundos secretos, sus más grandes temores, conocen su pensamiento crítico que ante la inminente negligencia del ser humano, por dejar rendirse, por dejar las cosas malhechas, en provecho de uno y no de todos, saben y conocen, su repertorio de chistes, que ni su enfermedad de más de 27 años pudo borrarle de la memoria. \r\n Entrado el año viajó al Pueblo de Cocula Jalisco para pagar una manda a la virgen de Talpa, pero un infarto al miocardio decidió por él y su viaje de regreso lo vivió de una forma distinta, comprendida solo por Dios. Y si hoy es 15 de mayo, Día del Maestro, hoy se cumplen 4 meses de su fallecimiento. \r\n\r\nDescanse en Paz, el padre, esposo y abuelo J Raúl Ortega Obledo.\r\nMuchas gracias.\r\n\r\nTecate, Baja California. \r\n