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FRANCISCO EL MORO VI: LA SECUNDARIA Y SUS NOVIAS

Por: Germán Ramos González\r\n\r\n Capítulo 6\r\n\r\n “El Moro”, tenía ya entrada la instrucción secundaria, iba en segundo y sus notas académicas eran buenas, sin llegar a la excelencia, aunque su conducta dejaba mucho que desear, era contestón, un tanto rebelde, jugaba mucho y platicaba más. Su inteligencia sobresalía y los maestros se habían percatado de ello. Se volvió extrovertido de la noche a la mañana. A veces cantaba el himno nacional, recitaba el juramento a la bandera, bailaba, declamaba en la ceremonia cívica y a Pancho lo traían de la meca a la seca, jugaba fútbol y era seleccionado de su escuela para jugar contra otros planteles.\r\n La vida le sonreía, aunque a veces se sentaba sólo a comerse su torta con una soda. No quería a nadie cerca, se arrinconaba y pasaba todo el recreo meditando. Era popular, pero para muchos que lo conocían se les hacía un muchacho medio raro, que se iba de extremo a extremo y eso no parecía normal.\r\n Su cuerpo fue cambiando, de ser un chamaco flacucho, estaba embarneciendo, le gustaba el deporte y su condición física era muy buena, le salió bigote, barba y su voz adoptó un tono grave. Siempre quiso llevar el cabello largo, pero en la escuela no se lo permitieron, así que tenía que seguir las reglas. Las chicas le empezaron a gustar, casi todas, pero había dos que en especial lo hacían quedarse con la boca abierta, una de ellas Lucía y la otra Ana, estaban hermosas las niñas. Ana cantaba en el salón y cantaba bien, eso llamó más la atención de “El Moro”, Lucía, en cambio era muy seria, casi nunca miraba a los ojos y cuando el tipo se acercaba, se ponía colorada, su pecas se hacían más notorias y casi salía corriendo. También eso le gustó a Pancho, quien la seguía con la mirada en todo momento. \r\n Ambas estaban interesadas en “El Moro”, y eso se notaba a simple vista, pero había que decidirse por alguna de las dos. La competencia imperceptible comenzó entre ellas. No se daban cuenta, pero hacían cosas para llamar la atención, le mandaban recaditos, paletas y echaban unas miradas cual diva de cine. Los días pasaban y “El Moro” entró en conflicto, las dos le gustaban, pero como iban en el mismo salón, había que decidirse por una.\r\n Hubo en ese entonces un hecho que le ayudó a elegir como su novia a Ana y a cantársela. Lucía faltó poco más de una semana a la escuela, había sufrido una enfermedad que le impedía asistir a clases, vivía lejos, en una colonia y el chamaco no sabía en dónde, así que aunque pretendió ir a visitarla, no lo hizo y en esos días habló con Ana, para preguntarle si quería ser su novia. Ella ya estaba esperando la declaratoria y todo se selló con un abrazó y un beso del que fue cómplice una paleta, esto es, Ana chupaba una “tutsi” y Pancho se la quería quitar, ella de la llevó a la boca y el tipo la buscó hasta alcanzar sus labios. Se tomaron de la mano y así se la llevaron durante todo el ciclo escolar.\r\n Cuando Lucía pudo regresar a clase, la primera noticia que recibió fue la del noviazgo de sus condiscípulos, le molestó, pero pues comprendió que ya nada podía hacer, así que se resignó y ya no pretendió a “El Moro”.\r\n Los días siguieron transcurriendo, los meses, hasta que llegó la hora de salir de la secundaria, todo se preparaba para la graduación, a causa del noviazgo y otros asuntos, “El Moro” había bajado un poco de calificaciones, aun así sería uno de los alumnos distinguidos de la escuela y seleccionado para emitir el discurso final a nombre de sus compañeros.\r\n Precisamente –nos dijo-, ese mensaje, lo estuvo pensando varios días, lo consultó con su maestro asesor, lo afinaron y si lo dijo. En él hizo un recuento de su paso por la secundaria, sus altibajos, la satisfacción de haber cursado y agradeció mucho a su padre que desde el cielo lo había guiado para echarle ganas, a su madre, que al hacer las veces de papá y mamá, había suplicado su esfuerzo para darle a él y sus hermanas lo necesario para continuar su instrucción, desde luego a los maestros que tantas veces habían soportado su conducta a veces rebelde y a los alumnos, a quienes motivó para seguir adelante y enfrentando los retos que la vida les marcarían en lo sucesivo.\r\n Se armó un baile y su compañera fue su novia Ana, una morena clara, de ojos grandes, alta, originaria de Chihuahua, cabello negro y largo, muy bonita y simpática, tenía pocos años en Tecate.\r\n Llegaron las vacaciones y Ana y su familia se fueron a visitar a sus familiares allá a su tierra natal, eso al “Moro”, que ya mostraba una conducta depresiva, le causó enojo, serían dos largos meses sin verla, en ese tiempo de mediados de los años 70s no había celulares, mucho menos internet y las cartas por el correo tradicional tardaban mucho en llegar, así que la comunicación entre ambos fue nula, ni uno, ni otro sabían nada.\r\n Francisco no tuvo mucho que hacer en esas vacaciones, más que jugar y ayudar un poco a su mamá en las tareas de la casa. Salía con sus amigos al cine, a alguna fiesta…. Sería entonces en una quinceañera, cuando conoció a Laura. Una chica de cabello largo y rizado, al menos ese día así lo traía, llevaba puesto un vestido hasta el tobillo, ajustado y color durazno, de inmediato llamó la atención de “El Moro”, quien ni tardo, ni perezoso la invito a bailar, la muchacha aceptó y bailaron un rato sin hablar.\r\n El tipo le dio un pisotón, que hizo a Laura brincar del dolor, él le pidió disculpas y la acompañó a su lugar, sosteniéndola del brazo. Sin querer eso daría para acercarse y comentar el hecho. Lo invitó a sentarse en su mesa y estuvieron platicando y conociéndose.\r\n Allí surgiría una amistad, que hasta pactaron verse al día siguiente en el parque, así fue y en menos de una semana, ya eran novios. “El Moro”, casi se había olvidado por completo de Ana, pero ya estaba por regresar y una noche pensó en eso…. Y ahora que iba a decir, nunca comentó de ella con Laura y seguramente tendría algunos problemas, pues la decisión era inminente, seguiría con Ana o con Laura.\r\n No había mucho tiempo para pensar, tenía que tomar un camino, los días se acercaban y el regreso de Ana ya estaba a la vuelta de la esquina…. Pocas cosas, claro, la muerte de su padre, le habían causado tanta angustia, Ana, había sido por decirlo, el primer amor de su vida, la quería mucho. Laura había logrado derretir su corazón y estaba muy cerca de él…. \r\n\r\nContinuará….\r\n\r\nEn estos capítulos conoceremos a El Moro, tal vez un personaje sin importancia, pero que tuvo algo que decirnos, será verdad, será fantasía, solo usted lo podrá decidir, siga a Francisco en sus fantásticas aventuras a través de: www.radartecatenews.com.\r\n

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