Tecate, B.C.- En una senda carta de renuncia enviada al Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Fernando Castro Trenti anunció su renuncia con caracter de irrevocable a ese partido, luego que desde el 2013 en que perdiera las elecciones por el Gobierno del Estado de Baja California se retirara de las actividades partidistas, para luego ingresar al servicio diplomático mexicano con representación en Argentina, despues en Suiza, nombrado por Enriqye Peña Nieto.
Justo el día de hoy, en Tijuana, su lugare de residencia, Fernando Castro Trenti, conocido en el mundo de la política como “El Diablo” por su sagacidad en las negociaciones politico-partidistas, presenentó su carta de renuncia en la que describe los motivos que lo orillaron, primero a alejarse del PRI y ahora salir completamente de ese instituto que lo llevó a ser dopitado estatal, senador de la república y desde donde ocupo muchos cargos, locales, estatales y federales.
Castro Trenti, dijo que una de las principales causas fue la de que el PRI no le cumplio a los ciudadanos, perdieron su confianza, hubo corrupción y el poder se concentró, por lo que ahora les dice adios. El país se ha empobrecido, ya que no se ha seguido las plataformas de los partidos. El PRI no representa los postulados que le dieron origen e impulsa a gente sin decencia.
“Hace 6 años deje de actuar en la militancia partidaria, frente a la realidad de esa elección, opté por alejarme, a pesar de la discutible claridad, el PRI obtuvo en ese año la más alta votación que ha tenido en Baja California, pero los instruimentos de ese proceso prolongaron por 6 años más a un régimen político que se encontraba en la etapa terminal, retrasando el el cambio que venía buscando desde el año 2010… esa encrucijada provocaron que el estado se encuentre el los peres niveles y el PRI en sus más bajos niveles de aceptación… ”
Acusó de una alianza del PRI y el PAN-Gobierno, cuyos pactos solo sirvieron para que algunos se incharan las bolsas de dinero, considera que es momento de que los priistas recojan cada ladrillo y edifiquen desde los cimientos un nuevo partido y retomar ese espíritu de cambio.
La carta fue despachada y recibida ante el Partido Revolucionario Institucional, con lo que se hace oficial su renuncia definitiva.
Castro Trenti, dijo que con esto formaliza su renuncia y dice que no se va a las filas de Morena como abiertamente lo han hecho otros priistas, pero si dice que votará por Jaime Bonilla Valdés y González Cruz, para la gubernatura y alcaldía de Morena respectivamente, dando con ello pie a que sus seguidores tomen la misma ruta de elegir a esos representantes de la coalición, que por cierto sigue a la cabeza de las preferencias electorales.
La coincidencia de Castro Trenti con Bonilla y Morena, viene de años anteriores, ya que indica que siempre ha sido de izquierda, no acepta sus relaciones directas con los morenistas, ni su apoyo que pudiera brindar con su estructura el 2 de junio, lo que si señaló es que su voto va por ellos.
Cabe decir que el Grupo Castro Trenti, ha sido uno de los más fuertes que haya tenido el PRI, a la par del Grupo Hank escenificaron grandes batallas internas, en las que a veces se repartían candidaturas y también acusaciones de traición como en el 2013 en que se acusó a Hank Rhon de dar apoyo a Kiko Vega, aun así, se impulsaron y ganaron cuatro alcaldías de Baja California y la mayoría en el Congreso del Estado, pero cayeron en el 2016 con solo dos presidencias municipales y cinco escaños.
En Tecate aún existen en el gobierno y en puestos claves personajes identificados con el grupo castrotrentista.
POSICIOAMIENTO COMPLETO DE CASTRO TRENTI:
A mis amigos, a mis compañeros de causa
Durante más de cuatro décadas he perseguido un ideal, el progreso del Estado y de su gente.
Durante todo ese tiempo, la vida me ha entregado incontables amigos, aliados, hermanos cuya solidaridad y tiempo jamás podré retribuirlo de modo alguno.
Luchar y caer, levantarse y volver a empezar, y así seguir fue lo nuestro.
Los ciudadanos cambiaron a México y al sistema político desde el año pasado, más allá de un ejercicio electoral.
En este cambio perdieron los partidos hegemónicos que durante las últimas tres décadas se turnaron gubernaturas, estados, alcaldías o la capital del país.
Perdieron la confianza de los electores, se fueron todos juntos.
El sistema no le cumplió a los ciudadanos. La pobreza y la corrupción, la falta de voluntad y la concentración del poder, fueron buenas y justificadas causas para decirles adiós.
A los ciudadanos que antes votaron por un partido y ahora lo hacen por otro, les sobra razón para buscar alternativas para su deseo de bienestar. Ese es el corazón de nuestra democracia.
La lucha política, que a veces se vuelve tan desgastante y parece el centro de todo, olvida lo básico y sustancial: una mitad del país vive apenas con lo básico y una gran parte de la otra mitad en pobreza.
Los partidos existen com alienta la cultura del que no tranza no avanza y encima convierten en altar unas siglas que ellos mismos se encargaron de pervertir?.
Concretamente, el PRI tiene un lugar destacado en la historia, que contribuyó al país que teníamos.
El sistema político mexicano creó la figura presidencialista que tenía el poder de designar a su sucesor.
Así fue hasta 2000, que el partido hegemónico perdió la Presidencia de la República, partido que la recuperó en 2012 gracias a cientos de miles de priístas y millones de mexicanos que lo reinstalaron.
Ese PRI le dio la espalda a sus militantes.
Hace seis años, desde 2013, dejé de actuar en la militancia partidaria.
Frente a la realidad que acompañó a esa elección, opté por alejarme.
A pesar de la discutible claridad de los resultados de 2013, el PRI obtuvo en
esa elección la más alta votación que ha tenido en Baja California.
Sí, dejamos la más alta votación obtenida por el PRI en su historia, pero los instrumentos de ese opaco proceso prolongaron por seis años más un régimen político que se encontraba en etapa terminal, retrasando en perjuicio del Estado y de su gente, el cambio que venía brotando desde 2010.
Instauraron el gobierno y se hicieron cargo del PRI.
Esa asociación trajo como consecuencia que el Estado se encuentre en una de sus peores encrucijadas; y el PRI, en sus peores niveles de aceptación en su historia.
Hoy la realidad indica de qué lado estaba la razón.
Ese PRI no me representa, por mucho dejó de ser aquél por el que tantos luchamos tanto.
Me rehúso a ser parte de ese PRI. Por eso me alejé. Por eso hoy renuncio. Quizás mañana, un día, un grupo de ciudadanos de bien, limpios y con visión, recojan cada ladrillo, rearmen el edificio, reencuentren el camino y se conviertan en impulsores del país democrático, de libertades y de justicia social que México merece.
Un día volveré a saludar a los amigos, a los que la política ayudó a encontrarnos, pero la vida se encargó de unirnos.
A ellos no les pido por mí, en todo caso, les pido por Baja California; les pido retomar ese espíritu de cambio que se expresó en 2010, frustraron en 2013, que otros lograron en 2018 y que todos juntos lo logremos en 2019.
