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¿LOS VUELVES ADICTOS DESDE PEQUEÑOS?

Ciudad de México.-El negocio es vender y vender más, que el que ya consume el producto, pase a consumirlo más y que el que aún no lo consume comience a consumirlo. El secreto es cómo lograrlo. Los adictos caen en esta dinámica, las cantidades del producto consumido ya no dan el placer que daban antes y hay que buscar más, una dosis mayor. El fenómeno se expresa en la activación del llamado centro de la recompensa en el cerebro. La generación de placer surge la descarga de dopamina a la que se le ha llamado la hormona de la felicidad, o justamente la hormona del placer. Hacia allá se ha dirigido la industria de los alimentos ultraprocesados y de bebidas: a impactar en ese centro de la recompensa, a provocar la descarga de dopamina. El negocio no es alimentar, es vender más y han tenido mucho éxito, éxito para ellos, tragedia de salud para la población por el alto consumo de los productos que han diseñado para que los consumamos más.

El desplazamiento de alimentos naturales y mínimamente procesados, por aquellos altamente procesados, llamados ultraprocesados, empieza desde los primeros meses, en cuanto los niños dejan el pecho, si es que tuvieron suerte de ser amamantados. Si no fueron amamantados, comenzaron a consumir los ultraprocesados con los sustitutos de leche materna que ya tienen integrada esa lógica de incrementar el consumo, con la presencia de diversos tipos de azúcares. De hecho, los niños que no han sido amamantados tienen un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad, por esta misma razón. La empresa de sucedáneos buscara que una vez que el niño consuma su marca ya no guste de otras.

No es sólo la publicidad invasiva que logra que los niños antes de hablar ya reconozcan las marcas de refrescos y de establecimientos de comida rápida, y que ya en la edad de la pubertad, reconozcan a los personajes de la comida chatarra (pastelillos, chicles, cereales, establecimientos de comida rápida, etc) pero no reconozcan a los personajes históricos de su país. No es sólo esa publicidad la que ha provocado el cambio de la dieta alrededor del mundo. No es tampoco, solamente, el bajo precio y la alta disponibilidad de estos productos, desde las grandes ciudades a los poblados más remotos, lo que ha provocado su alto consumo. A la publicidad, costo accesible y alta disponibilidad se suma el diseño propio de los productos como otra de las razones centrales en el mayor cambio que ha experimentado la humanidad en su dieta, un diseño para volverlos “adictivos”, sin importar el valor nutricional. Este cambio en la dieta de la humanidad ha provocado también un cambio dramático, no experimentado antes, en el aspecto físico de la población humana. La mayor parte de la población en muchas naciones, más del 70% en México, tiene sobrepeso y obesidad, un fenómeno nunca antes registrado.

El ataque de las grandes corporaciones de alimentos, que cuentan con recursos superiores a los de varios estados nacionales, empieza de manera descarnada sobre los niños pequeños logrando deformar sus gustos de por vida. El escritor más reconocido en los Estados Unidos en temas de alimentación, Michael Polland, escribió en Botánica del Deseo, refiriéndose a la primera sensación de azúcar o la miel en la lengua: “Estoy pensando en la primera experiencia de mi hijo con el azúcar: el betún arriba del pastel en su primer cumpleaños. Solamente tengo el testimonio de la cara de Issac para tomar en cuenta (eso, y su fiereza para repetir la experiencia), fue claro que su primer encuentro con el azúcar lo había intoxicado, fue de hecho un éxtasis, en el sentido literal de esa palabra”. Polland lo veía y narra que la expresión de su hijo en ese momento le comunicaba algo así como: “¿Tu mundo contiene algo así? Desde este día en adelante yo dedicaré mi vida a esto”.

La descripción de Michael Polland es algo que podríamos repetir como padres de familia o cualquier persona que ha convivido con niños. El disparo de dopamina que genera el consumo de azúcar es similar al de muchas drogas, genera una fuerte sensación de placer, muy difícil e observar en un niño pequeño con cualquier otro estímulo. La sensación de felicidad generada por el azúcar en los niños logra incluso calmar ciertos dolores, logra calmarlos en varias situaciones. La alta disponibilidad de azúcar refinada es algo muy reciente en la historia de la humanidad y su incorporación a una larga lista de alimentos, a través de los ultraprocesados, es aún más reciente. Es a partir de la Segunda Guerra Mundial que las grandes corporaciones de alimentos procesados y bebidas azucaradas comenzaron a extenderse rápidamente a todos los confines del mundo, modificando las dietas tradicionales.

Para estas corporaciones es estratégico lograr consumidores desde temprana edad para convertirlos en consumidores de por vida, fieles a su marca y productos. Por ello, estas corporaciones tienen inversiones multimillonarias para dirigirse a los niños, con una masiva publicidad llena de elementos atractivos para ellos, buscando que los niños consuman sus productos más, si ya los consumen, y si aún no los consumen, que empiecen a consumirlos. Estos productos dirigidos a los niños son los menos saludables que existen en el mercado, suelen ser los que tienen más azúcar, más colorantes, saborizantes, aromatizantes, es decir, azúcar más aditivos artificiales para atraer la atención de los niños, atrapando sus sentidos.

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