LA SEQUÍA EN BAJA CALIFORNIA.
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\r\nLoma Dorada es un fraccionamiento residencial con vista al mar ubicado en una céntrica zona de Ensenada. Desde allí, con el Océano Pacífico asomándose irónicamente por la ventana, Magdalena Sotelo platica que seguido padece la falta de agua en casa.\r\n\r\n“He juntado botes de agua por cualquier cosa que la cisterna no tenga. Mínimo tener para los servicios necesarios: los baños, lavar platos”, dice Magdalena.\r\n\r\nEnsenada es el ejemplo más claro de la sequía en el estado. La Comisión Nacional del Agua (Conagua), determinó desde el 2008 que toda la península de Baja California tiene el mismo problema, aunque en distintos niveles.\r\n\r\n“Yo ando de súper nervios en verano cuando no hay agua”, dice Magdalena. Hasta el 2015, Ensenada se abasteció de pozos que hoy están sobre explotados.\r\n\r\nA varios kilómetros de distancia de Loma Dorada, en una de las varias colinas del puerto, los habitantes de Los Encinos padecen el mismo mal. En uno de los departamentos de esta colonia popular, vive Wendy Hernández.\r\n\r\nHa tenido que acostumbrarse a la constante falta de agua, aunque los recibos de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), no dejan de llegar. “Yo no sé qué te cobran si nunca hay”, dice.\r\n\r\nDesde lo alto de la colina se ven los techos de muchas otras casas que comparten una similitud con los vecinos de Magdalena en Loma Dorada: tinacos para almacenar agua y sortear el problema.\r\n\r\nPero no todos padecen el mismo nivel de escasez, y esto lo saben los comercios de la zona turística. En uno de los tantos puestos de mariscos del Mercado Negro, la vendedora recuerda que hasta hace unos años dejaba de salir agua del grifo al ponerse el sol, pero ahora sólo baja la presión.\r\n\r\n\r\n\r\nSegún Conagua, la sexta parte de los acuíferos de Baja California están sobre explotados, y otros tienen altas concentraciones de sal.\r\n\r\n \r\n\r\nY entre todos ellos, la Presa Emilio López Zamora es una triste alegoría del problema. El espacio que antes ocupó el agua, hoy está cubierto por altos árboles y basura en la periferia. El agua que hoy tiene es gracias a un poco de lluvia que cayó recientemente.\r\n\r\nAcadémicos y expertos del tema coinciden en que el problema de Baja California no es la escasez, sino la mala distribución del líquido que llega del Río Colorado. Hoy esa distribución amenaza el desarrollo de la región.\r\n\r\nEl gobierno estatal ha querido enfrentar la insuficiencia de agua explorando a través de pozos y ahora promueve la construcción de desaladoras. Pero estas políticas están siendo cuestionadas por académicos y especialistas en el tema.\r\n\r\nBaja California tiene dos fuentes de agua: los mantos acuíferos y el Río Colorado. Los primeros ya casi no tienen agua, y el segundo está en nivel crítico desde hace algunos años.\r\n\r\nSegún Conagua, la sexta parte de los acuíferos de Baja California están sobre explotados, y otros tienen altas concentraciones de sal.\r\n\r\nLos residentes del municipio de Ensenada ya reconocen las consecuencias de tener ese tipo de agua, y quienes llegan de otros lugares para conocer las atracciones de la cenicienta del Pacífico, no tardan en sufrirlas.\r\n\r\n“Cuando llega visita, comenta: ‘¡Ay, el pelo me quedó parado!’ Ni modo, estás en Ensenada, están muy bonitos los viñedos, pero el agua no”, bromea Magdalena, que hospeda a familiares cada verano.\r\n\r\nRogelio Vázquez González, profesor del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), dice que la parte sur de la ciudad es la que tiene este problema en mayor grado.\r\n\r\nLa sequía ya rebasa una década y por esto los acuíferos no se han cargado. Hace más de 12 años que en la región no hay lluvias importantes para que el suelo absorba los escurrimientos.\r\n\r\nEse espacio vacío lo ocupa el agua de mar, impregnando las paredes de las cuevas subterráneas con sal que después llega a los hogares.\r\n\r\n“Aunque fuera un buen año de lluvias, con el déficit que ya tenemos, no se va a resolver todo”, advierte el investigador.\r\n\r\nA pesar de que Ensenada tiene derecho a recibir agua del Río Colorado, hasta el año pasado no estaba conectada al acueducto principal. Ahora la recibe por otro ducto que va desde Tijuana. Lo llaman de “flujo inverso” porque antes llevó agua de sur a norte.\r\n\r\nPero hay algo equivocado en la política pública del estado. Y es que durante años, Tijuana y Playas de Rosarito consumieron el líquido que le correspondía a Ensenada, por eso no tienen tantos problemas como el puerto.\r\n\r\nEn 2015, esas dos ciudades usaron 60% más del agua que les corresponde del Río Colorado, la principal fuente de abastecimiento del estado.\r\n\r\nLa federación asigna anualmente volúmenes de agua para cada ciudad: 80 millones de metros cúbicos para Tijuana, nueve millones para Ensenada, y más de 100 para Mexicali. Esto es lo que la federación llama “derechos de agua”.\r\n\r\nPero esta distribución también es cuestionable. Según los censos oficiales de 2015, Tijuana tiene 1.6 millones de habitantes, Ensenada 486 mil, y la capital 988 mil 417.\r\n\r\nJunto a la sequía, el crecimiento poblacional de los últimos años ha recrudecido el problema de abasto.\r\n\r\n\r\n\r\nHace más de 12 años que en la región no hay lluvias importantes para que el suelo absorba los escurrimiento.\r\n\r\nEsa zona se abastece del acuífero de Maneadero y lleva a los hogares agua que tiene tres veces más sal de la que establece la Norma Oficial Mexicana (NOM).\r\n\r\nAunque no trae daños mayores a la salud de los ensenadenses, sí reseca la piel, daña la ropa, afecta jardines, provoca sarro en los grifos y claro, pone los pelos de punta.\r\n\r\nPero el académico dice que la llamada “agua dura” es el menor de los males. “La condición real es que no se cuenta con agua suficiente para el abasto de la población”, dice.\r\n\r\n“La razón es que no se han actualizado los volúmenes de agua que se le asignaron en 1974 a las ciudades”, dice Miguel Lemus Zendejas, titular de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), la operadora de agua más grande del estado.\r\n\r\nLo cierto es que la escasez en Tijuana ya es una realidad, pero la gente no lo nota porque la CESPT ha conseguido usar parte del agua de la capital para cubrir su déficit.\r\n\r\nEl funcionario dice que Mexicali no usa toda el agua del río a la que tiene derecho, así que mediante un convenio subsidió a Tijuana con 19 millones de metros cúbicos en 2015, y este año suman 13 millones más.[attention]…[/attention]\r\n\r\nLemus Zendejas dice que los tijuanenses no pagan lo que cuesta el agua porque las empresas subsidian el consumo habitacional.\r\n\r\nLos hogares pueden usar hasta cinco metros cúbicos y pagar un promedio de 17.49 pesos. Las empresas compran a 63 pesos cada metro.\r\n\r\nEl agua del Río Colorado que nace en Estados Unidos tiene que pasar un largo trayecto antes de llegar a la zona desértica que es esta región, y entra a México por la calurosa capital de Baja California: Mexicali.\r\n\r\nPara traer el agua, en 2015 la CESPT pagó 921 millones de pesos en energía eléctrica para bombearla a miles de metros de altura por La Rumorosa.\r\n\r\nMiguel Lemus sostiene que, entre lo que costó traer el agua del Valle de Mexicali a la Zona Costa del estado y su precio de venta, la paraestatal perdió 4.13 pesos por cada metro cúbico de agua.\r\n\r\nEsto tiene también un mal pronóstico por los recientes aumentos a los costos de la energía eléctrica.\r\n\r\nLa capital del estado es la única ciudad que no tiene un problema de agua, porque de acuerdo con Conagua, el 80 por ciento del agua que llega del Río Colorado es para uso agrícola y se queda en Mexicali.\r\n\r\nInformación de newsweek\r\n\r\n
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