EL DISCURSO ROTO

Nadie puede argumentar una explicación razonable, del motivo por el cual llegamos a este momento y a esta circunstancia. Porque el discurso, se rompe así mismo.\r\nAun cuando la retórica se preste para servirle a bocas demagogas, el discurso se pulveriza por no ser creíble, cuando se trata de definir la situación de una parte del pueblo de México que se somete dócilmente a un gobierno insensible en lo social, negligente en el actuar, frívolo en sus manifestaciones y entreguista al capital internacional. \r\nLa educación hundida por vicios corporativistas, como herencia de un viejo sistema controlador de los gremios, una educación abortada por currículos educativos centralistas y con maestros empobrecidos y escuelas miserables en muchos rincones de la patria. Mientras la burocracia gubernamental y las cúpulas sindicales se enriquecen en base a corruptelas y salarios no devengados.\r\nUn pueblo envilecido por la pobreza y la ignorancia, un pueblo acostumbrado ya a sobrevivir de despensas raquíticas, recibidas como limosnas de un gobierno soberbio y repugnante.\r\nUn pueblo que lloriquea tragedias ajenas frente al televisor mientras se niega a entender su propia tragedia diaria. Mientras las hijas, esposas y madres de otras familias se prostituyen de diversas formas, para sobrevivir o para sobresalir. \r\nUn pueblo incapaz de luchar porque teme perder las migajas y prefiere postrarse de rodillas y hacer como que no ve, ni siente, nada más allá del fervor patriotero en las justas deportivas.\r\nUn pueblo cercenado en sus derechos y una nación fragmentada por regionalismos incomprendidos. Y así con un discurso roto y un pueblo ciego y sordo que hace como que escucha y los políticos como que hablan de su amor al pueblo. Las palabras emitidas indignadas de tanta miseria humana, vuelan por el aire y se acumulan en nuestro cielo, esperando un día, concentrarse como lo hace la lluvia, para caer a borbotones y con furia de tiempos nuevos, arrastrar todo lo viejo, lo corrupto y lo indigno. \r\nPara que las palabras se articulen nuevamente, en una tierra limpia, bajo el mismo sol, pero con personas dignas, personas capaces de emitir y escuchar esas palabras.\r\n\r\nArturo Ruiz, Marzo de 2016 en Ensenada Baja California.