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FRANCISCO “EL MORO” IV: EL COMIENZO

Germán Ramos González\r\n\r\nCapitulo 4\r\n\r\n Nos detendremos en el tiempo, solo para poner en retrospectiva la vida de Francisco “El Moro”, sí, finalmente el enojón nos quiso dar más detalles, poco a poco, a cuenta gotas han ido fluyendo. Luego de vivir con él su estado actual, vamos hacia a regresar al Tecate bonito, romántico, tranquilo, donde todos se conocían y las familias migrantes eran muy bien recibidas e integradas al desarrollo de la que hoy es la gran ciudad. Era 1960.\r\n “Es niño, es niñoooo”, gritó eufórica Esperanza la partera, luego de haber traído al mundo a un regordete bebé que pesaba 4 kilos con 100 gramos. La mamá doña María de Jesús exhausta esbozó una leve sonrisa y respiró profundo para apoyar la cabeza sobre una almohada, en lo que el orgulloso padre don Lorenzo entraba a la habitación de aquella casa que se ubicaba por la avenida México. Con los ojos llorosos por la emoción y el sentimiento de ver a su primer hijo varón, luego de las atenciones de rigor, la limpieza y el baño con agua tibia, lo envolvieron en una seda y pudo don Lencho tenerlo en sus brazos. “Que pesado está, que gordo, le pondremos Francisco, como mi abuelo, si se llamará Francisco, estás de acuerdo –volteó con su esposa, quien asintió con su cabeza-, a qué hora nos vamos”.\r\n Doña Esperanza era la partera del pueblo, la que sin más instrumental que una olla de agua caliente, toallas limpias, tijeras y gasas trajo a decenas de niños al mundo, asistiendo a sus madres, en una milenaria tradición que sustituía el carente sistema de salud de la época.\r\n Francisco nacía, era el orgullo, la gran aspiración, el reflejo de lo que se quiso y no se pudo hacer por parte de don Lorenzo, tenía dos hermanas mayores, así que al llegar un varoncito al hogar, todas las atenciones se centraron en él. Panchito para acá, Pancho para, los años fueron transcurriendo.\r\n Francisco cursaba el sexto año en la escuela Padre Kino, cuando encontrándose en el salón de clases, su hermana mayor Enedina fue por él, le pidió permiso al maestro y se lo llevó a su casa que se ubicaba a unas 6 cuadras de distancia, corrieron rápido, la muchacha nada le decía, pero en su rostro se miraba que algo grave pasaba, cuando iban llegando, en el zaguán de la vivienda había mucha gente. El Moro, se jaló para atrás y tuvo un mal presentimiento. Prácticamente frenó y se reusaba a llegar a la casa, su hermana casi lo arrastraba, ella ya estaba llorando. A metros miró a su otra hermana Laura, aún con el uniforme de la escuela, estaba sostenida del cerco y sus ojos estaban humedecidos.\r\n La cabeza le dio vuelta, qué habría pasado, para que su hermana fuera por él, y una vez cerca de su casa, los vecinos se arremolinaran en las puertas, mamá, dijo en silencio, papá, qué pasaría. Empezó a temblar sin poder controlarse, el escenario no le gustaba, apenas como eco escuchaba a su hermana que le decía, “tenemos que entrar”, no hacía caso y se sentó en la tierra, escalofríos, sudor, miedo, abría los ojos aterrado por lo que estaba viendo, no lo podía creer, algo muy malo estaba sucediendo y se resistía a averiguar de qué se trataba.\r\n Un impulso lo hizo levantarse y se animó a seguir caminando, con paso lento, pausado, desconfiado, llegó al cerco perimetral, vio los rostros de sus hermanas, luego recorrió con su mirada el lugar, miró a la gente, le querían decir algo, pero no se atrevían.\r\n Francisco era muy estimado entre sus vecinos, amable, hacía mandados a la tienda y corría muy rápido, lo que le ganó la estima de todos, quienes cariñosamente le decían Panchito, era tan querido que en ese episodio, nadie quería lastimarlo o verlo sufrir, por lo que caminaban de un lado a otro como zombies, sin decir una sola palabra, pero si con los rostros desencajados.\r\n Pancho gritó y dio un gran salto para el interior de su casa, sintió que volaba, que no tocaba el piso, que las cosas, los muebles se le venían encima, que los adornos lo tocaban.\r\n Noooo…. – gritó-.\r\n\r\nContinuará….\r\n\r\nEn estos capítulos conoceremos a El Moro, tal vez un personaje sin importancia, pero que tuvo algo que decirnos, será verdad, será fantasía, solo usted lo podrá decidir, siga a Francisco en sus fantásticas aventuras a través de: www.radartecatenews.com.\r\n\r\n\r\n

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